martes, 29 de enero de 2013

Santiago Carrillo


Nació el 18 de enero de 1915 en Gijón y muere el 18 de Septiembre de 2012 en Madrid.

Fue político comunista español.

Su padre fue nombrado dirigente nacional de PSOE y UGT y siguió inicialmente los pasos de su padre ingresando en las Juventudes Socialistas, de las que llegaría a ser secretario general en 1934.

Trabajó como periodista en El socialista desde 1928.

En 1934 participó en la fracasada Revolución de Octubre en Asturias, por lo que pasó dos años en la cárcel.

En 1936 promovió la unificación de las organizaciones juveniles socialista y comunista, formando las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) poco después ingresaba en el Partido Comunista de España (PCE).

En 1937 entró en el Comité Central del PCE.

Durante la Guerra Civil española fue miembro de la Junta de Defensa de Madrid.

Al acabar la guerra marchó al exilio, desde donde siguió participando en la dirección del partido, sobre todo desde que, en 1960, sucedió en la secretaría general.

Al morir Franco en 1975, Carrillo hizo valer el prestigio y la fuerza que los comunistas habían alcanzado en la lucha por las libertades; entró clandestinamente en España, se hizo detener y fue liberado doce días después, como preámbulo de la legalización del PCE, que fue uno de los pasos más importantes en la transición a la democracia. Previamente había impuesto al Partido una política de moderación y había ofrecido toda clase de garantías de comportamiento democrático y gestos conciliadores.

Desde las primeras elecciones democráticas fue elegido diputado por Madrid, pero los mediocres resultados  electorales del partido dejó la Secretaría General en manos de un hombre más joven.
Su actitud de creciente acomodo a la realidad le fue alejando del marxismo, de modo que llegó a preconizar un acercamiento al Partido Socialista; el enfrentamiento con la dirección del PCE le llevó a ser expulsado del partido en 1986.

Con sus seguidores más fieles llegó a formar un grupúsculo llamado Partido de los Trabajadores de España, que se fusionó con el PSOE tras un fracaso en las urnas. Él mismo, sin embargo, no dio ese paso, sino que se retiró de la política activa, manteniendo una audiencia entre la opinión pública como testigo lúcido de la lucha contra el Franquismo, de la transición a al democracia y de la política española en general.


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