Después de ver el vídeo de la entrada anterior de David Sierra, me he acordado de este que os propongo aquí.
Resulta un buen contraste ver primero cómo una alumna analiza críticamente (aunque de memorieta) la crisis económica, y después el atractivo canto del guapo chico de las juventudes hitlerianas invitando a unirse a la causa.
Gracias a esta secuencia podemos comprender el poderoso atractivo que tenía entonces el fascismo en una sociedad en crisis como la italiana o la alemana.
No estaban locos aquellos ciudadanos que se echaron en brazos de la mordaza fascista. Sólo cayeron en la tentación de creer en soluciones simples basadas en la fuerza y la imposición a costa de la libertad de los que no pensaban lo mismo. Conocemos ahora las consecuencias.
El vídeo es una extraordinaria secuencia de la igualmente genial Cabaret (1972) de Bob Fosse.
Fíjate cómo la hermosa canción en boca de un atractivo joven llamando a un nuevo amanecer va levantando progresivamente a personajes que simbolizan los distintos grupos sociales, dejando sentado tan sólo a un anciano (¿obrero?) disgustado y escéptico. Cuando se alejan de allí, uno de los protagonistas expresa una reflexión premonitoria:"¿Sigues creyendo que les pararéis los pies?".
El fascismo es una ideología tóxica para la libertad: podemos incubarla como a un inocente huevo de ave, sin percibir el peligro que encierra cuando se trata del huevo de una serpiente.
Para ver la relación del fascismo de ayer con el de hoy puedes echar un vistazo a O nacen o se hacen, un interesante prólogo de hace unos años del añorado Vázquez Montalbán.
(nota: esta entrada es una actualización de la publicada el 11 de junio de 2007)