sábado, 14 de junio de 2014

La Bomba Atómica.

Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki fueron ataques nucleares ordenados por Harry Truman, presidente de los Estados Unidos, contra el Imperio de Japón. Los ataques se efectuaron el 6 y el 9 de agosto de 1945, y pusieron el punto final a la Segunda Guerra Mundial. Después de seis meses de intenso bombardeo de otras 67 ciudades, el arma nuclear Little Boy fue soltada sobre Hiroshima el lunes 6 de agosto de 1945, seguida por la detonación de la bomba Fat Man el jueves 9 de agosto sobre Nagasaki. Hasta la fecha estos bombardeos constituyen los únicos ataques nucleares de la historia.

















El periódico habla de Hiroshima como otra ciudad japonesa más bombardeada por el ejército Aliado y comenta la segunda explosión sobre Nagasaki, principal punto de abastecimiento nipón según el periódico.
El periódico se sitúa en favor de los estadounidenses, que aseguaran que no había quedado ningún tipo de radioactiviadad sobre la zona bombardeada, como afirmaba el doctor  Harold Jacobson, que no sólo apostaba por una radiación a corto plazo, sino que aseguraba que dudaría más de setenta años, como actualmente conocemos que ha sido.




















Destrozo ocasionado por la bomba atómica de uranio que cayó sobre Hiroshima, de manos del avión "Enola Gay"  , según ABC.












Nagasaki sufrió parecidas consecuencias.



El periódico habla también de que la bomba atómica 
acelera la entrada de Rusia contra el Imperio de Japón, 
aunque según fuentes no estaban obligados a intervenir.
Todo esto se habría decidido por los "tres grandes" 
(Reino unido, EE UU y URSS) en la Conferencia de Berlín.



















Portada del periódico ABC, en la que se habla de la guerra en el Pacífico y se alaban los ataques estadounidenses sobre Japón, considerándolos formidables.

Comentario


Dos ataques irrepetibles hasta el momento que ocasionaron cientos de miles de muertos y miles de heridos por las bombas atómicas, pero que en 1945 los periódicos españoles no trataron con tanta trascendencia, considerándolos unas armas increíbles y muy poderosas, pero sin centrarse en ningún momento en las víctimas ocasionadas (la mayoría civiles), en un memento en que Japón estaba rendido y ya capitulaba.
Este artículo lo he hecho basándome exclusivamente en la información obtenida gracias a la hemeroteca del periódico ABC.

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