En la mañana del
jueves 11 de marzo de 2004 se produjeron 10 explosiones provocadas por diez
mochilas cargadas con alto explosivo. Los análisis científicos de los restos
tras las explosiones dieron como resultado que se trataba de un explosivo del
tipo de la dinamita. Las investigaciones posteriores, basadas tanto en una mochila
que no estalló como en los restos hallados en el vehículo utilizado por los
autores, determinaron que el explosivo utilizado por los islamistas fue Goma-2
ECO, del que se usa habitualmente en las canteras.
Las explosiones
tuvieron lugar entre las 07:37 y las 07:39. según la cinta de vídeo del sistema
de seguridad de la Estación de Atocha: a las 7:37:47 ya se había producido la primera
explosión; a las 7:38:36 se produce la segunda, en el coche 5; y a las 7:38:40
se produce la tercera, en el coche 4; en total se produjeron tres explosiones.
Los artefactos
estaban situados en los coches 1, 4, 5 y 6 (sobre el artefacto localizado en el
primer coche del convoy, cabecera de tren, y que no estalló inicialmente, se
realizaron maniobras para su desactivación por los equipos TEDAX del Cuerpo
Nacional de Policía, explosionando a las 9:59:18 (según la cinta de vídeo del
sistema de seguridad); con posterioridad, a las 10:57:27 se procede a realizar
maniobras de desactivación sobre lo que consideraron un artefacto explosivo
(que no resultó tal).
En la estación de
El Pozo del Tío Raimundo hicieron explosión 2 bombas; en la estación de Santa
Eugenia, una; y en un cuarto tren, junto a la calle de Téllez, en las vías que
se encaminan a la estación de Atocha desde el sur, otras cuatro bombas. Las
fuerzas de seguridad encontraron, en el interior de los mismos trenes, otros
dos artefactos que habían fallado. Ambos fueron detonados por motivos de
seguridad.
También se
encontró una tercera bomba en la estación de El Pozo del Tío Raimundo, que,
tras realizar, inadvertida, un viaje entre el IFEMA y varias comisarías de
policía, pudo ser examinada. Contenía 500 g de Goma-2 ECO, un detonador y
un teléfono móvil que hacía de temporizador, manipulado para que la alarma
activase el detonador. Los indicios hallados en esa mochila permitieron establecer
las primeras hipótesis firmes, y empezó la persecución policial sobre los
supuestos autores.
En un principio, la
mayoría de los partidos políticos mencionaban a ETA como el causante de este atentado,
pero otras fuentes mostraban que había un grupo islamista radical detrás de los
hechos. En efecto, a lo largo de la noche del domingo 14 de Marzo (día de
elecciones), el Ministro del Interior Ángel Acebes informó de que un «portavoz
militar» de Al Qaeda en Europa había asumido la responsabilidad de los
atentados terroristas cometidos el jueves en una cinta de vídeo localizada tras
la llamada telefónica a Telemadrid.
Una furgoneta
abandonada en Alcalá, los sucesivos indicios, pistas y datos objetivos que
irían apareciendo fueron descartando la posible autoría de ETA mientras se iba confirmado
la hipótesis islamista, quedando ésta consolidada con las primeras detenciones en
la tarde del sábado 13, incluida la de Jamal Zougam.
Se celebran las elecciones
generales. Desde diversos medios de comunicación se anima a los ciudadanos a
votar en las urnas para que "los terroristas no coarten la
democracia".
Entre los
incidentes de la jornada, destacan las críticas que se dirigieron a Aznar cuando
acudió a votar a su colegio electoral junto a su esposa, que le
responsabilizaban de los atentados. En el mismo momento también se escucharon aplausos
de los partidarios del entonces presidente del Gobierno.
El escrutinio
otorgó la victoria al PSOE en unas elecciones marcadas por la mayor
participación en número de votantes de España (unos 25 millones).
Siempre ha sido
tema de debate este atentado, porque el gobierno de Aznar no gestionó bien la
información que tenía, ya que insistía en culpabilizar a ETA. Mientras había
otros sectores sociales, medios de comunicación… que ponían en duda esa autoría,
al irse conociendo nuevos hechos que apuntaban a otras posibilidades; como
finalmente reconoció el gobierno al informar del reconocimiento por parte de
Al-Qaeda.
En resumen, hubo
gran parte de la población, que ya estaba en desacuerdo con el envío de las tropas
a Irak, se sintió “engañada” con la información y forma de actuar del gobierno ante
los atentados. Evidencia clara de ello fue la manifestación del día 12 de
marzo.
El atentado causó
la muerte de 192 personas y heridas a más de 2.000. Se creó una Oficina de
Atención a las Víctimas que prestó atención a más de 3.500 afectados
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