La
Comunidad de Madrid ofreció en marzo 1.000 viviendas para familias desahuciadas
y en situación de vulnerabilidad por la crisis. En el primer mes y medio se han
recibido 2.200 solicitudes pero se espera que el ritmo se vaya ralentizando
hasta las 7.000 – 10.000 peticiones al año.
Las
solicitudes se presentan por Internet y deben cumplir varios requisitos, recogidos en la web de Cáritas,
especialmente en cuanto a la horquilla de renta, que oscila entre 18.638 € para
una sola persona y hasta 28.069 para familias con seis o más miembros. Las
familias pagarán un mínimo de 40 € al mes de alquiler y hasta un máximo del 50%
de la renta.
El
problema de la pérdida de la vivienda por no poder afrontar los gastos del
alquiler o de la hipoteca, suele ser la consecuencia final de la situación de
desempleo en que han caído muchas familias españolas por la crisis económica.
Según nos informan los medios de comunicación, se han dado varios casos de suicidios de personas que estaban a punto de perder sus casas. Parece que los gobernantes han sido poco sensibles hasta el momento para este problema que cada vez afecta a más españoles.
Como
consecuencia de lo anterior, se han creado varias plataformas ciudadanas que
piden soluciones urgentes, algunas con manifestaciones insistentes delante de
los domicilios de algunos políticos del partido popular.
Algunas
comunidades autónomas y ayuntamientos, apoyados por alguna ONG, han empezado a
tomar medidas prácticas para atender a los casos más graves y urgentes, creando
una nueva injusticia y desigualdad ya que es imposible atender a todos los
casos sin crear un problema económico mayor que el social que se pretende
arreglar.
En
mi opinión el problema real es el desempleo, al que había que dedicar todos los
esfuerzos y recursos económicos disponibles, ya que la pérdida de la vivienda,
como la marginación y el incremento de la delincuencia, son síntomas de la
verdadera enfermedad que es el paro.
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