Muchos de los más graves problemas del mundo son fruto de la avaricia humana, como por ejemplo las guerras, la crisis económica e incluso los problemas medioambientales, pues para solucionar los últimos se necesitaría un dinero que los gobiernos no quieren invertir en eso.
Una de las noticias de mi cuaderno de prensa trataba sobre una nueva cumbre para solucionar el cambio climático. Europa estaba dispuesta a unirse, pero muchos, y sobre todo las grandes potencias mundiales, no quieren aceptar el tratado únicamente por cuestiones económicas, porque no les interesa invertir dinero que algo que no son ejércitos con los que demostrar lo poderosos que son. La crisis en la que estamos es un claro ejemplo de avaricia, pues el dinero no desaparece, si no que se concentra siempre en las mismas personas, las cuales ven sin siquiera inmutarse desde sus mansiones como muchos mueren de hambre.
Tenemos que pensar que los problemas han sido originados por los que más tenemos cuando más teníamos, y ahora que son otros los que lo tienen, es a ellos a los que les toca resolverlo, pues los demás no disponemos de recursos para hacerlo.
Porque los seres humanos somos los menos inteligentes, pues todos nuestros problemas nos los hemos creado solos, y si no cambiamos de mentalidad y nos ponemos a pensar que lo que tenemos no durará para siempre (porque todavía no nos lo creemos del todo, lo vemos muy lejano), será nuestro fin o el fin de nuestros hijos, pues a nuestros nietos no creo que llegue, si no es antes el fin del planeta.
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