jueves, 11 de marzo de 2010

Dictadura es siempre dictadura. Asignaturas pendientes



"Dictadura es siempre dictadura" es el título de un magnífico artículo-reportaje de Cristina Galindo en El País de hoy. Se complementa con el artículo de Ramón Muñoz "Vuelva al Gulag, camarada Solzhenistsin"

Es más, diría que es de obligada lectura para cualquier aspirante a ciudadano comprometido con la profundización democrática de su sociedad, y, muy especialmente, para todos los que se identifican con lo que todos entendemos por izquierda institucional, desde el PSOE a IU, pasando por el PCE y otros hermanos menores.

¿Por qué? . Pues sencillamente porque:

La muerte del preso de conciencia cubano Orlando Zapata, tras 85 días en huelga de hambre,(...) ha vuelto a sacar a la luz las reticencias que tienen amplios sectores de la izquierda para revisar su historia reciente, y aplicar a los dictadores comunistas el mismo rasero que a los regímenes autoritarios de la derecha, que tampoco está exenta de prejuicios heredados del pasado.

Si Cuba es el gran y (casi último) tabú entre algunos de los considerados progresistas o de izquierdas, para una parte de la derecha la bestia negra sigue estando en el pasado franquista. En uno y otro caso, suelen tolerar o justificar una u otra dictadura. Si hay una condena, se hace de forma ambigua. O para justificar la ausencia de críticas se echa en cara que la "dictadura del otro" fue peor.

"Se justifica un régimen dictatorial en función de la ideología. Todas las dictaduras, sean de derechas o de izquierdas, tienen elementos comunes: un partido único, negación de derechos políticos y civiles, represión de la oposición... Cualquier demócrata debería oponerse", afirma Jesús de Andrés, profesor de Ciencia Política de la UNED

Como oportunísimo ejemplo de estas ideas, el mismo diario (¿coincidencia?) recoge en otras páginas estas dos noticias en las que se manifiestan las reticencias de uno y otro lado del espectro político español a la hora de enjuiciar dictaduras que forman parte de su propia memoria histórica:



Leído lo anterior, invito al lector a sumergirse en la apasionante lectura del blog Generación Y, de Yoani Sánchez, una valiente ciudadana cubana que denuncia con su palabra una dictadura que impide una vida de libertades democráticas como la que hoy tenemos en nuestro país.

Leyendo sus entradas, construidas la mayoría (no las de los últimos días, comprometidas con el caso de de la muerte de Orlando Zapata) a partir de pequeñas o leves anécdotas cotidianas, los que vivimos el franquismo de los 60 y 70 revivimos de su mano algo similar a aquella tosca zafiedad, aquella caspa intolerante envuelta en hueco palabrerío nacional-católico (tan hueco como el de este socialismo burocrático), o toda aquella impune arbitrariedad que rodeaba nuestras vidas con un velo de miedo e inseguridad.

A mis alumnos siempre les digo que solo valoramos muchas cosas de las que disfrutamos habitualmente cuando un día desaparecen de nuestras vidas, desde el amor de los padres, al agua caliente de una ducha. Nos pasa lo mismo con un sistema de libertades democráticas como el nuestro, tan expuesto a la ruina, tanto por dejadez y falta de compromiso ciudadano, como por la ausencia de referentes vivenciales para valorar por contraste lo que significaría su pérdida.

Estas carencias vivenciales se compensan con la recuperación de la(s) memoria(s) histórica(s), con el estudio problematizado del pasado que nos constituye, y con la mirada crítica vuelta hacia un presente atenazado por problemas sociales de todo tipo.

Y es que, como muy bien supo expresar El Roto hace unos días, la barbarie nos puede estar esperando a la vuelta de cualquier esquina del devenir histórico. Y no parece que estemos demasiado preparados entre tanto ruido de un presente sin futuro.


P.D. (13.03.10)
Más madera: La costumbre de la infamia. Espléndido y valiente artículo de Muñoz Molina.

2 comentarios:

  1. La verdad me considero de izquierdas y el problema no es que no reconozca que Cuba no es una democracia. El verdadero problema es que a Cuba se la ataca mucho más por representar un sistema diferente. Así, me parece extraordinariamente importante criticar el régimen cubano, aunque sin embargo, lo que me enerva es ver como Colombia o Honduras, países donde se viola muchísimo más los derechos humanos (siguiendo criterios de Amnistía Internacional) ni tan siquiera se les ataque. Sólo pido igualdad, los mismos minutos por un muerto de conciencia cubano que por un sindicalista asesinado por paramilitares en Colombia o un periodista asesinado en Honduras. Veríamos entonces cuán poco se hablaría de Cuba.

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  2. Gracias por entrar en debate sobre un tema que considero fundamental.
    Tienes razón en lo que dices y denuncias sobre la información desigual. Como digo en el post, cada sector ideológico tiene sus hipotecas, y todos sabemos en manos de quién están los medios.
    Pero el problema de Cuba que denuncio en el post es la pesada losa de una historia no revisada ni cuestionada para el presente y, sobre todo, el futuro de un proyecto transformador de izquierdas. Los que a estas alturas siguen defendiendo y justificando el régimen cubano son los mismos que no terminan de admitir que los crímenes de Stalin son equiparables a todos los efectos a los de Hitler. Una izquierda con tales ataduras es ontológicamente reaccionaria.

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