He encontrado una noticia que podría interesar a todo el mundo que la viera porque hace poco en los pasillos del instituto hemos visto el eje cronológico de la prehistoria y va sobre ello:
Unos arqueólogos han encontrado en Sudáfrica un yacimiento que parece el más antiguo taller de pintura que se conoce. Tiene unos 100.000 años y en él hay restos de ocre, un color preparado y utilizado desde tiempos remotos, en dos conchas que serían recipientes, así como martillos y piedras de moler, lo que indica que allí, algunos hombres prehistóricos preparaban y almacenaban este color. El hallazgo tiene implicaciones importantes porque la capacidad de fabricar y planificar el almacenamiento representa un avance cualitativo en el proceso cognitivo humano. En cuanto al uso de ese ocre de la cueva de Blombos, cerca de Ciudad del Cabo, los arqueólogos no tiene certeza, pero igual pudo servir para decorarse -o protegerse- el cuerpo o incluso hacer algún dibujo. No hay, por el momento, rastros que den una pista al respecto. La utilización más antigua del ocre conocida hasta ahora databa de hace 60.000 años.

Esta es una imagen de una concha con ocre rojo en su interior, a la derecha, y la piedra de moler extraída de la misma.
Estas algunas palabras que ha dicho del investigador Chistopher S. Henshilwood en su descubrimiento a los medios de comunicación:
"Creemos que el proceso de fabricación incluía el raspado de trozos de ocre [una variedad de arcilla] sobre lajas de cuarcita para producir un polvo rojizo fino y los granitos de ocre se machacarían con martillos y piedras de moler antes de combinarlos con huesos de mamífero calentados y machacados, carbón, arena y un líquido; al mezcla se metería en las conchas marinas para agitarla. Es probable que se utilizara un hueso para hacer la mezcla y extraerla de la concha",
Algunos de los artefactos encontrados en este primitivo taller fueron reutilizados, lo que indica que el proceso de producción se repetía. Las piezas y restos que se utilizaron allí mismo, un lugar donde se producían estos colores y que luego fue abandonado.
Aunque resulta difícil determinar para qué utilizaban aquellos humanos prehistóricos el ocre que fabricaban, los arqueólogos destacan la trascendencia del hallazgo porque indica un hito "en la evolución del complejo proceso mental humano al mostrar que aquellos seres tenían la capacidad conceptual para obtener, combinar y almacenar substancias que podían después ser utilizadas para resaltar sus prácticas sociales", dice el líder de la investigación. Es una muestra remota, por tanto, de la capacidad tecnológica de aquellos humanos que tenían, además, "un conocimiento elemental de química”